A finales del siglo XIX los empresarios tuvieron la feliz
idea de organizar colonias fabriles. De este modo, empezaron a edificar
casuchas alrededor de sus fábricas con tal de optimizar el rendimiento de sus
asalariados: el amo te proporciona una casa cerca de la fábrica –mira si es
buena persona- y, por si fuera poco, te ofrece una escuela donde “educar” a tus
hijos –esto es, donde moldearlos para su futuro prestablecido en la fábrica-,
una iglesia donde forjar una moral gregaria e incluso un economato donde cada
proletario se gastará la mitad de su paupérrimo sueldo, que de esta manera
revertirá nuevamente en el patrón. Desde luego se lo montaron bien estos de la
patronal, ¿no os parece?
La familia Carasso, propietaria de Danone, necesita tu dinero. |
Lo esencial en todo este esquema es el execrable paternalismo
que rezuma. Tácitamente viene a describir al obrero como a un ser desvalido que
no podría existir sin la infinita bondad del patrón, que le brinda un hogar,
una educación para su prole –educación consistente en enseñarle a leer, a
escribir, a sumar y a restar y, poca cosa más, no vaya a salirnos contestatario
a fuerza de pensar por sí mismo-, un templo donde expiar culpas o frustraciones
y un economato –léase Mercadona- donde adquirir comida-veneno, dejando los
beneficios en las arcas del bueno del patrón.
Esclavo: no podrás escapar. |
Pues bien, este esquema se está reinstaurando con mayor
fuerza si cabe. La urdimbre socioeconómica que nos está aniquilando bien podría
denominarse “colonia fabril global”. Las reformas educativas que se están
aprobando en todo el orbe obedecen a ese mismo plan. Los estudios superiores o
universitarios serán patrimonio del patrón y de sus allegados ya que no
interesa que un proletario se forme “por encima de sus posibilidades”. Las
asignaturas “poco funcionales”, como la educación artística y musical, la
historia o las lenguas cooficiales se eliminan del currículo, o se relegan a
asignaturas optativas. Lo que interesa es que el currito sepa leer y escribir
lo justo para rendir en su puesto de trabajo. Nada más.
Los sueldos seguirán siendo vergonzosos. Lo justo y
necesario para que puedas comprar algo semejante a comida en el Mercadona y trasuntos
de muebles y ropa en el IKEA y el Zara respectivamente, devolviendo de este
modo la mitad de tu anoréxico sueldo a los psicópatas que mueven hilos para que
tu nómina jamás deje de ser vergonzosa, y que no dudan en usar mano de obra
totalmente esclava para optimizar ganancias. Pero en los últimos tiempos
tenemos una ominosa novedad en lo que a incentivar el paternalismo atávico y
estratégico del patrón se refiere.
Aludimos en este punto a las ayudas a los desahuciados. En
las últimas semanas ha nacido una nueva moda entre los mandamases: dárselas de
buen tipo ofreciendo limosna a familias enteras que se habían ido a la calle
por culpa de la avaricia patológica de los banqueros, o sea, de esos mismos
mandamases, a fin de cuentas. Se están dedicando a poner un mero parche para
que no se vea un problema que ellos mismos han creado con sus preferentes, con
sus crisis de laboratorio y con sus estafas, en definitiva. Y no sólo tejen
parches, sino que aprovechan la coyuntura para colgarse medallas, dándoselas de
CARITATIVOS Y DE BUENAS PERSONAS POR EL HECHO DE REGALAR UN PISITO A UNAS
FAMILIAS PIOJOSAS QUE ESTABAN EN LA PUTA CALLE, TAL COMO HACÍAN LOS PATRONOS
DECIMONÓNICOS, NI MÁS NI MENOS. Es decir, en vez de abordar el problema
frontalmente, de ir hacia su raíz, de perseguir a los banqueros y de castigar
la mala praxis empresarial, maquillan el problema cediendo unos pisos de mierda
y dándoselas de caritativos.
http://www.eleconomista.es/publicidad/acierto/legislacion/noticias/4488972/12/12/Mas-de-40-familias-desahuciadas-reciben-una-vivienda-de-alquiler-social.html
http://www.diariodemallorca.es/palma/2012/12/05/cort-ofrecera-pisos-alquileres-bajos-37-familias-desahuciadas/812601.html
NO QUEREMOS VUESTRA CARIDAD, HIJOS DE LA GRAN PUTA. LA
VIVIENDA ES UN DERECHO, NO UN LUJO. NO ES LEGÍTIMO QUE HAGÁIS DE NUESTRO
DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA UNA LIMOSNA QUE OS SIRVA PARA VENDERNOS VUESTRO
HEDIONDO PATERNALISMO. POR CIERTO, ESOS PISOS “DE LA CARIDAD” LOS PAGAMOS
NOSOTROS, LOS CIUDADANOS, CON NUESTROS IMPUESTOS, NO LOS CABRONES QUE SE
CUELGAN MEDALLAS OFRECIÉNDOLOS A LA PLEBE MIENTRAS SUS MILLONES SE MULTIPLICAN
SE SUIZA.
Cada ciudadano, en un sistema que pudiera llamarse justo,
debería ser capaz de costearse una vivienda –y no una vivienda de alquiler,
malditos cretinos, sino DE PROPIEDAD- por sus propios medios, sin depender de
la presunta caridad de un patrón que, por su parte, posee múltiples mansiones,
una colección de coches de lujo y unos cuantos yates.
¿Castigar a los banqueros? ¡Jamás! Caridad... y negocio para la banca. |
Menos mal que nos dan una casita tras adueñarse de ella...¿Para cuándo una medalla? |
En este mismo sentido, cabe destacar el ingente número de
campañas solidarias que se están extendiendo por todo el territorio nacional.
Para donar sangre –resulta que la donación de sangre es remunerada en todo el
orbe excepto en Ezpaña-, para dar alimentos, para dar dinero –aunque sea sólo
un euro: La Caixa ya ha organizado un sistema de donaciones al tercer mundo
ajustadas “a los tiempos que corren”; la llaman “el euro solidario”; de ese
euro, suponemos que entre tasa y tasa, el bueno de Isidre Fainé, persona muy
necesitada, se queda 70 céntimos-. Cada
uno debe ser solidario en la medida de sus posibilidades, claro que sí –ajajaja-.
Por no hablar de las maratones televisivas, auténticas orgías
pseudosentimentales. Todo ello viene a reforzar la imagen paternalista del
poder, además de insuflar culpabilidad en la ciudadanía.
Míralos qué monos, peleando por un mendrugo. |
En verdad, si uno usa un poco el encéfalo, rápidamente
descubre que dar alimentos es, en el mejor de los casos, un parche, jamás una
solución. Y que, muy probablemente, ni siquiera llega a ser un parche, ya que
las asociaciones, ONG en muchos casos, que están detrás de esas campañas son,
en casi todos los casos, igual de deshonestas que los bancos. Tal vez el sobre
de arroz que das en la Campaña del kilo lo revenden en el Congo para “optimizar
ganancias”. No resultaría sorprendente.
El miedo...ese poderoso aliado del poder. |
En resumidas cuentas, el poder te dice: obedece y seré bueno
contigo dándote trabajo, casa, economato y cole para tus retoños; porque
podrías perderlo todo(he aquí el miedo que nos inculcan, el miedo al paro, a la
indigencia y ahora a no poder pagar un médico) –podríamos quitarte todo- y,
entonces ¿quién te salvará con su caridad sino nosotros? –aunque esas obras de presunta
caridad ni siquiera las financian ellos, hasta aquí podríamos llegar, sino que
es el conjunto de la ciudadanía, con sus impuestos borreguiles, quien las
paga-.
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