lunes, 24 de diciembre de 2012

La colonia fabril global.


A finales del siglo XIX los empresarios tuvieron la feliz idea de organizar colonias fabriles. De este modo, empezaron a edificar casuchas alrededor de sus fábricas con tal de optimizar el rendimiento de sus asalariados: el amo te proporciona una casa cerca de la fábrica –mira si es buena persona- y, por si fuera poco, te ofrece una escuela donde “educar” a tus hijos –esto es, donde moldearlos para su futuro prestablecido en la fábrica-, una iglesia donde forjar una moral gregaria e incluso un economato donde cada proletario se gastará la mitad de su paupérrimo sueldo, que de esta manera revertirá nuevamente en el patrón. Desde luego se lo montaron bien estos de la patronal, ¿no os parece?

La familia Carasso, propietaria de Danone, necesita tu dinero.

Lo esencial en todo este esquema es el execrable paternalismo que rezuma. Tácitamente viene a describir al obrero como a un ser desvalido que no podría existir sin la infinita bondad del patrón, que le brinda un hogar, una educación para su prole –educación consistente en enseñarle a leer, a escribir, a sumar y a restar y, poca cosa más, no vaya a salirnos contestatario a fuerza de pensar por sí mismo-, un templo donde expiar culpas o frustraciones y un economato –léase Mercadona- donde adquirir comida-veneno, dejando los beneficios en las arcas del bueno del patrón.



Esclavo: no podrás escapar.



Pues bien, este esquema se está reinstaurando con mayor fuerza si cabe. La urdimbre socioeconómica que nos está aniquilando bien podría denominarse “colonia fabril global”. Las reformas educativas que se están aprobando en todo el orbe obedecen a ese mismo plan. Los estudios superiores o universitarios serán patrimonio del patrón y de sus allegados ya que no interesa que un proletario se forme “por encima de sus posibilidades”. Las asignaturas “poco funcionales”, como la educación artística y musical, la historia o las lenguas cooficiales se eliminan del currículo, o se relegan a asignaturas optativas. Lo que interesa es que el currito sepa leer y escribir lo justo para rendir en su puesto de trabajo. Nada más.

Los sueldos seguirán siendo vergonzosos. Lo justo y necesario para que puedas comprar algo semejante a comida en el Mercadona y trasuntos de muebles y ropa en el IKEA y el Zara respectivamente, devolviendo de este modo la mitad de tu anoréxico sueldo a los psicópatas que mueven hilos para que tu nómina jamás deje de ser vergonzosa, y que no dudan en usar mano de obra totalmente esclava para optimizar ganancias. Pero en los últimos tiempos tenemos una ominosa novedad en lo que a incentivar el paternalismo atávico y estratégico del patrón se refiere.

Aludimos en este punto a las ayudas a los desahuciados. En las últimas semanas ha nacido una nueva moda entre los mandamases: dárselas de buen tipo ofreciendo limosna a familias enteras que se habían ido a la calle por culpa de la avaricia patológica de los banqueros, o sea, de esos mismos mandamases, a fin de cuentas. Se están dedicando a poner un mero parche para que no se vea un problema que ellos mismos han creado con sus preferentes, con sus crisis de laboratorio y con sus estafas, en definitiva. Y no sólo tejen parches, sino que aprovechan la coyuntura para colgarse medallas, dándoselas de CARITATIVOS Y DE BUENAS PERSONAS POR EL HECHO DE REGALAR UN PISITO A UNAS FAMILIAS PIOJOSAS QUE ESTABAN EN LA PUTA CALLE, TAL COMO HACÍAN LOS PATRONOS DECIMONÓNICOS, NI MÁS NI MENOS. Es decir, en vez de abordar el problema frontalmente, de ir hacia su raíz, de perseguir a los banqueros y de castigar la mala praxis empresarial, maquillan el problema cediendo unos pisos de mierda y dándoselas de caritativos.


http://www.eleconomista.es/publicidad/acierto/legislacion/noticias/4488972/12/12/Mas-de-40-familias-desahuciadas-reciben-una-vivienda-de-alquiler-social.html

http://www.diariodemallorca.es/palma/2012/12/05/cort-ofrecera-pisos-alquileres-bajos-37-familias-desahuciadas/812601.html

NO QUEREMOS VUESTRA CARIDAD, HIJOS DE LA GRAN PUTA. LA VIVIENDA ES UN DERECHO, NO UN LUJO. NO ES LEGÍTIMO QUE HAGÁIS DE NUESTRO DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA UNA LIMOSNA QUE OS SIRVA PARA VENDERNOS VUESTRO HEDIONDO PATERNALISMO. POR CIERTO, ESOS PISOS “DE LA CARIDAD” LOS PAGAMOS NOSOTROS, LOS CIUDADANOS, CON NUESTROS IMPUESTOS, NO LOS CABRONES QUE SE CUELGAN MEDALLAS OFRECIÉNDOLOS A LA PLEBE MIENTRAS SUS MILLONES SE MULTIPLICAN SE SUIZA.

Cada ciudadano, en un sistema que pudiera llamarse justo, debería ser capaz de costearse una vivienda –y no una vivienda de alquiler, malditos cretinos, sino DE PROPIEDAD- por sus propios medios, sin depender de la presunta caridad de un patrón que, por su parte, posee múltiples mansiones, una colección de coches de lujo y unos cuantos yates.




¿Castigar a los banqueros? ¡Jamás! Caridad... y negocio para la banca.



Menos mal que nos dan una casita tras adueñarse de ella...¿Para cuándo una medalla?





En este mismo sentido, cabe destacar el ingente número de campañas solidarias que se están extendiendo por todo el territorio nacional. Para donar sangre –resulta que la donación de sangre es remunerada en todo el orbe excepto en Ezpaña-, para dar alimentos, para dar dinero –aunque sea sólo un euro: La Caixa ya ha organizado un sistema de donaciones al tercer mundo ajustadas “a los tiempos que corren”; la llaman “el euro solidario”; de ese euro, suponemos que entre tasa y tasa, el bueno de Isidre Fainé, persona muy necesitada,  se queda 70 céntimos-. Cada uno debe ser solidario en la medida de sus posibilidades, claro que sí –ajajaja-. Por no hablar de las maratones televisivas, auténticas orgías pseudosentimentales. Todo ello viene a reforzar la imagen paternalista del poder, además de insuflar culpabilidad en la ciudadanía.





Míralos qué monos, peleando por un mendrugo.





En verdad, si uno usa un poco el encéfalo, rápidamente descubre que dar alimentos es, en el mejor de los casos, un parche, jamás una solución. Y que, muy probablemente, ni siquiera llega a ser un parche, ya que las asociaciones, ONG en muchos casos, que están detrás de esas campañas son, en casi todos los casos, igual de deshonestas que los bancos. Tal vez el sobre de arroz que das en la Campaña del kilo lo revenden en el Congo para “optimizar ganancias”. No resultaría sorprendente.



El miedo...ese poderoso aliado del poder.


En resumidas cuentas, el poder te dice: obedece y seré bueno contigo dándote trabajo, casa, economato y cole para tus retoños; porque podrías perderlo todo(he aquí el miedo que nos inculcan, el miedo al paro, a la indigencia y ahora a no poder pagar un médico) –podríamos quitarte todo- y, entonces ¿quién te salvará con su caridad sino nosotros? –aunque esas obras de presunta caridad ni siquiera las financian ellos, hasta aquí podríamos llegar, sino que es el conjunto de la ciudadanía, con sus impuestos borreguiles, quien las paga-.

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